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Esta mañana, para mi sorpresa, me encuentro en la Plaza de la Iglesia con la Feria del Libro de San Pedro. Yo no he visto ni un mísero cartel anunciador, ni una pancarta, ni un concejal poniéndose medallas por el evento; por eso me maravilla pensar que las pocas actividades culturales que se desarrolan en San Pedro suceden sin que nos enteremos, aunque las patrocine el ayuntamiento, diríase que les da igual que vaya gente o no.
Mientras compro algún libro, y dado que la escasa afluencia de clientes permite la charla distendida con los libreros, les sonsaco alguna información. La primera conclusión es que están todos muy cabreados. Por una parte dicen que la ubicación es demencial: el callejon que hay detrás de la Iglesia; da la impresión de que la Feria está escondida. Por lo visto pidieron estar en la calle Enmedio y les dijeron que este año ya era demasiado tarde para cambiar de lugar. Y además me cuentan que a los organizadores (Concejalía de Cultura) se les acabó el presupuesto para la pancarta que debería haber ido a la entrada de la calle Marqués del Duero. Vamos, que se están comiendo las patas como los pulpos, porque entre que están en un agujero y que no se ha hecho publicidad del evento no va ni el gato a comprarles un libro.
En cuanto a las actividades paralelas, tres cuarto de lo msimo. Pocas y sin anunciar.
O sea, un desastre, y yo, tonto de mí, aún me sorprendo de estas cosas. Lo extraño, lo sorprendente sería que alguna vez hiciesen algo medio en condiciones en San Pedro, y si es en la parcela cultural ya ni te cuento.
Qué pena de pueblo...
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